agosto 17, 2009

Domingo

Mi amigo Domingo jamás imaginó en aquellos años de infancia, que yo lo recordaría después de diez años sin vernos, un día domingo en que miraba series en televisión. Domingo era un tipo del que no me interesaba saber nada. Es más, no recuerdo de él nada más que sus ojos chiquitos y nariz grande como armadillo y su nombre.

Lo recordé porque mientras miraba una serie en televisión, llegó a mi teléfono el mensaje de una mujer a la que amé. Domingo se encargó de presentarnos un día cuando por casualidad entré a la tienda donde el vendía refrescos. Ella me sonrió y dijo su nombre. Domingo parecía muy emocionado, recuerdo su risa y sus ojos pequeños queriendo crecer.

Después de eso no recuerdo nada de Domingo, pero ayer domingo, cuando leí el mensaje de mi ex amada, pensé en aquellos días de domingo en que ella y yo nos pasábamos las horas en una habitación de hotel, con comida y bebida suficientes, fingiendo que éramos una pareja de adultos y no adolescentes con ansias de amar.

Esos domingos en que nos hacíamos tantas promesas. Tú prometiste amarme para siempre; también no separarte de mí nunca. Claro, aún no sabías que te enamorarías después de otro chico. Prometiste estudiar una carrera, comer más saludable, ir a correr conmigo, pero sobre todo prometiste amarme.

Yo prometí amarte y no olvidar los domingos. Salud por mi amigo Domingo.

1 comentario:

  1. Cuantos amigos Domingo no hemos tenido todos en nuestra vida? Tantos Domingos que han sido la causa de alegrias, pero que desafortunadamente desaparecieron en quien sabe que domingo!

    Exelente Chris!

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