noviembre 08, 2010

Otra vez aquí

Abrí los ojos sólo para encontrarme de nuevo con los suyos. Una mirada vidriosa, preocupada. Me duele provocar lágrimas, me da un dolor de estómago. Y ahí estaba ella, expresándome su malestar.

Me siento juzgado. Como señalado por andar provocando dolores con mis amarguras. Sin embargo, hoy no tengo ganas de pensar en los demás. Hoy trabajo con mi mirada, la que en el espejo me habla de mí, de lo que sucede dentro.

Vuelvo entonces a sus ojos y sus lágrimas. Me enojo y pierdo. Busco en el piso las respuestas a mis dudas. Luego al cielo, a la delicada Luna de esta noche fría en Cuernavaca. Me regreso al tiempo donde conocí la Libertad, y la siento acariciarme, me seduce, me envuelve con su aroma y su calor.

Ahora es sólo un recuerdo. Una sensasión ligera.

Entonces, estoy en la encrucijada. Otra vez.

octubre 03, 2010

Del apapacho y otros pasajes



Un día, después de muchos aprendizajes, mi cuerpo necesitaba un poco de reconocimiento; así que busqué al encargado de la feria para entregarle mi gafete y retirarme a mi dormitorio.

Dijeron que era mi “novatada”. Mi primer Feria Internacional del Libro en Guadalajara como asistente en un estante de libros y material didáctico, sin descanso, sin alimentos y sin dinero. Eso sí, el avión y el hotel ya estaba pagado.

¿Quién se negaría ir a la FIL?

Todo el viaje fue intenso. Estar en el aeropuerto siendo yo mismo quien iba a viajar por primera vez, estar en la sala de espera, subir al avión, ver alguna que otra personalidad, el despegue, la linda azafata, las nubes, las turbulencias, el aterrizaje, el aeropuerto de la perla, la belleza femenina, mis maletas, las cajas de libros y materiales educativos, el chofer que llega por mí, que me lleva al hotel, que le va al Atlas, que se mueran las Chivas, la Minerva y el hotel cinco estrellas.

No sabía que existía tanto lujo en la vida; al menos no en la mía.

Al fin, al entrar en la habitación, aventé a una mesita todos mis documentos, libros, tarjetas, cámaras, grabadoras, mochila y demás herramientas para tirarme en la cama.

Pero antes, iría a lavarme la cara, tal vez un regaderazo, lavarme los dientes. ¡Oh! Iluminada por el cielo, dentro del baño hay una tina. Blanca y pura. No lo dudo. Dejo que se llene con agua caliente, luego fría, otro poco de fría, me arranco la ropa y entro en ella, me sumerjo.

En casa me baño con agua fría porque no tengo calentador y aquí, dentro del agua tibia de la tina me considero un hombre afortunado. Mis pies sí que lo agradecen.

Debajo del agua realizo un encuentro conmigo mismo. Me dejo llevar a la tierra de la tranquilidad, me desprendo de la realidad y corro entre fantasías. Me salen alas y vuelo mientras aguanto el aire dentro de mí. Me agrada mucho la sensación de no respirar, ¿sería posible que dejara de hacerlo sin perder la vida?

Salgo, respiro, entro de nuevo. Esta vez tardo un poco más. El agua me tranquiliza, me despeja, me purifica. Ahora entiendo los bautizos con agua. Cuando destapo la coladera de la tina, junto con el agua se van mis dolores de cabeza y de pies, mis angustias y mis miedos.

Un acto en solitario. Un abrazo al espíritu cuando más lo necesita. Un momento a solas para sonreírse a sí mismo.

julio 21, 2010

mayo 17, 2010

Me encontré esta rola en mi ipod y me cagué de risa.




Mi mente dió mil vueltas cuando te conocí,
mi tiempo y mi dinero lo invertía yo en ti,
Estaba loco, estaba loco...

Maldito sea el día en que compré celular,
el timbre del teléfono me hacía saltar,
estaba loco, loco por volverte a escuchar...

Y me querías tener arrastrándome a tus pies,
pero se me hace que ésta vez, no se te va a conceder,
y puse yo mi vida a disposición de ti,
y tú a mis espaldas te cagabas de mí,
Estaba loco,estaba loco

Pensar que por tu amor hasta dejé de chupar,
a todos mis amigos los mandé a volar,
Estaba loco, loco por llevarte a parchar...!!!

Y me querías tu tener arrastrándome a tus pies,
pero se me hace que ésta vez, no se te va a conceder,
y puse yo mi vida a disposición de ti
y tú a mis espaldas te cagabas de mí,
Estaba loco,estaba loco...

Prefiero estar borracho en el punto final,
con todos mis amigos ponerme hasta atrás,
Estaría loco, loco si te vuelvo a buscar...!!!

abril 01, 2010

Confusión

La calle estaba desierta. Un  paso tras de otro significa avance... ¿hacia dónde? No sé, cualquiera puede ser mejor. Termina una calle y tomo la decisión. Otra calle ¿y luego? Las opciones están ahí. Sin embargo, la actitud permanece al destino. Como dicen Los Tres: Hágalo usted mismo: 
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marzo 17, 2010

Segunda opción

Desnúdate. Recuéstate en la cama abriendo brazos y piernas. Estírate, respira en profundidad. Levanta tu mano que más usas y pásala encima de tu frente, recorre rozando la nariz y labios, sigue al mentón y baja al cuello. Detente ahí, por sobre la garganta. Abre toda la palma de tu mano. Toma con autoridad el cuello. Presiona contando mentalmente: 1... 2... 3... 4... 5... hasta diez, si puedes. Entonces probáblemente te desmayes. Como lo sabes, estarás conciente de ello. Así puedes volar un rato, hasta que alguien venga a despertarte o tú mismo te pellizques tan fuerte que salga sangre (en tu mente).

 

marzo 16, 2010

Hablamos

Y nos hablamos y no nos entendemos... 

Primera ocasión en que pienso que no aprendí nada en el taller de expresión oral (y escrita). 

Ante este callejón sólo queda volar.

Yo lo hago así: Cierro los ojos y respiro muy profundamente. Lleno mis pulmones y mi panza de aire. Comienzo a contar: 1... 2... 3... 4... 5... hasta 10. Exhalo y cuento: 1... 2... 3... 4... 5... hasta 10. Luego hasta 20.

Pronto se va sintiendo que el cuerpo no pesa y si te dejas llevar, vuelas.

marzo 13, 2010

Yo no te pido

Su nombre es Brenda


Yo no te pido que me bajes
una estrella azul
sólo te pido que mi espacio
llenes con tu luz.

Yo no te pido que me firmes
diez papeles grises para amar
sólo te pido que tú quieras
las palomas que suelo mirar.

De lo pasado no lo voy a negar
el futuro algún día llegará
y del presente
qué le importa a la gente
si es que siempre van a hablar.

Sigue llenando este minuto
de razones para respirar
no me complazcas no te niegues
no hables por hablar.

Yo no te pido que me bajes
una estrella azul
sólo te pido que mi espacio
llenes con tu luz.

M. Benedetti

febrero 20, 2010

Aquí escribiendo


Estoy sentado frente a la computadora, quiero escribir algo. Llevo tiempo sin escribir, sin pensar, sin concretar nada. Hace un sol hermoso allá afuera, apenas unas nubes livianas en el cielo azul. Debo escribir algo porque es la manera en que mis pensamientos cobran forma. Y es que ya hasta ella me dice que sólo vivo en mi imaginación. Vivo en mis pensamientos y eso... no es vivir. Ayer se sentía mucho frío y hoy el clima es cálido, se respira tranquilidad por la ventana, se nota que allá afuera la gente está tranquila. No saben que aquí dentro, mi mente maquina cosas increíbles y extraordinarias. Aquí estoy escribiendo en la computadora tratando de concretar los pensamientos, lo que mi cuerpo siente y transforma mi cerebro en ideas. Ahora mismo el aire que entra por la ventana mece mis cabellos, me llama, me invita a que salga y deje sin concluir mis deberes. A lo lejos, la cumbre de la montaña luce un verde contrastante al azul claro del cielo. El cielo es azul porque la atmósfera del planeta produce un efecto reflejante de la luz del sol en el mar. Los techos de las casas brillan ya sin un charco de agua, y es que no se habían visto estas lluvias últimamente. Aquí, dentro del departamento puedo ver todas esas cosas que allá afuera... allá afuera no sería conciente de ellas. Me quedo aquí para describirlas y ser testigo de la hermosura de estos paisajes desde mi ventana. Estoy concretando mis pensamientos con las palabras, las transformo en oraciones y de paso escucho buena música, mi espalda no disfruta igual que mis oídos o mi cerebro, pero igual me gusta saber que tengo esta música a mi disposición. Ella está allá atrás, mirando la televisión y allá afuera... está la vida gritando que vivamos.

enero 22, 2010

40 días sin escribir

Origen de la imagen

Fueron 40 días con sus noches, excepto hoy.

Tuve que hablar con ella para decirle que estaba harto de ser el oculto. Que me sentía limitado para amarla, que no disfrutaba de esconderme... y todo, por evitar más complicaciones.

Así que decidimos separarnos. Es lo correcto, es lo mejor, es lo sano, para los tres, para todos. Sin embargo, cuando subió por esa escalera y desapareció entre la gente, mi corazón latió más fuerte que nunca como queriendo correr tras ella porque algo se me iba.

Pero no lo hice. Es lo correcto, es lo mejor, es lo sano, para los tres, para todos.

Traté de pensar en otra cosa, en otras personas. En mi camino, con la mirada me encontré una caderas amplias y llenas, unos ojos verdes, una sonrisa encantadora, uno senos como capullos de rosa en pleno despunte y nada, ella no salía de mi mente. Incluso, ahora comienzo a sentir ansiedad, no hay en la calle ningunas caderas como las de ella, ningunas.

La extraño. Han pasado veinte minutos desde que la dejé de ver y la extraño. Su aroma, su risa, su voz, sus coqueterías. Llego a casa. Cruza por mi mente la idea de llamarla, decirle que soy un imbécil y que todo lo que dije son tonterías, que no las crea y que mejor las olvide. Pero no me atrevo. No quiero que a partir de esa llamada, ella sepa que me tiene loco e inicie a aprovecharse de mí, de mi ¿amor?

Pasa una hora. No me concentro. Se me cae el agua en la mesa, escribo una palabra por otra, cierro ventanas que no quería, miro el teléfono y pido que me llame.

Al fin, suena el teléfono y contesto sin pensar, deseando sólo escuchar su voz. Es mi madre que llama para preguntar cómo estoy. Bien, madre. Esperando una llamada.

Respiro profundo. Me duele la panza, siento comezón desde la boca del estómago hasta la boca, como mi alergia a la manzana. Camino de un lado al otro, voy al baño y vuelvo, me miro en el espejo y veo mi sonrisa de nervios. Caigo en la cuenta de que esto no es normal en mí. Que no tuve la necesidad de llamarle a alguna desde hace muchos años. ¿Así se siente el amor? Vuelvo a respirar. Ahora sí me tranquilizo, pienso en esa conversación y en su mirada, en sus reproches y en los míos. En esa frase que me rompió la boca: "Sé que no cuento contigo. Nunca me has demostrado apoyo". ¡Zas! Fuertes declaraciones llenas de sentimiento. La recuerdo sabiendo que fue sólo eso, una conversación necesaria, para aclarar puntos. Y que ahora, el siguiente paso es pedir perdón.

Decirle que todo eso es absurdo. Que le quiero y no hay ninguna palabra que exprese lo contrario en lo que dije antes. Que soy un imbécil. Un imbécil que quiere estar con ella pase lo que pase. Pero se lo diré mañana. Para que no sienta que me muero por ella y que me tiene domesticado. ¿Qué es domesticado?, dice el Principito.

¡Que chingás! Le llamo ahora, que para eso soy el que soy y por eso estoy aquí, vivo. Querida, llamé para decirte que todo lo que dije hace tres horas es absurdo y que yo soy estúpido. Te quiero y no quiero separarme de ti. Te pido que olvides todo lo que dije. No soy nadie para decirte lo que tienes qué hacer y en todo caso, yo estoy para recibir lo que me des, que con eso soy feliz.

No eres estúpido, dice ella. Lo haré por ti porque tampoco quiero que nos separemos.

Así, a la siguiente mañana me sentí el imbécil más feliz del mundo, luego de caer en sus redes por voluntad propia. ¿Así se siente el amor?

Luego, pasó el efecto, al mediodía siguiente. Ahora, después de todos estos años, sé que eso no fue amor, fue el enamoramiento. El amor lo hacemos cada vez que desnudos, nos encontramos con la mirada y con los labios.

Esta lectura se recomienda escuchando All I Need de Radiohead:

http://www.youtube.com/watch?v=cdrCalO5BDs