junio 17, 2009

La calle Mirador es un callejón del que nadie sale vivo

Bueno, vivo sí, pero un poco diferente. Resulta que dicen que pasar por esa calle no tiene ninguna emoción durante el día. La cosa es de noche. La parte donde es puente del río de la ciudad. Un río muy abandonado, lleno de basura, cadáveres de perros, botellas de plástico, el drenaje de muchas casas, quizá colonias enteras. En estos días de lluvia, el río viene revuelto, así que no hay manera de saber qué hay entre las piedras. No se ve muy profundo, pero desde esta reja sobre el puente uno puede imaginarse la sensación de estar ahí con los pies metidos. La cantidad de cosas que podrían correr entre los dedos, sobre los pies, bajo las plantas... ¡ihggg!

Aunque eso no es lo peor. Debería, pero no. Lo peor viene de noche, cuando debes cruzar por aquí para ir a tu casa, que sabes que no hay nadie en la calle, que estás solo, que debes cruzar porque no hay otro puente. Que sabes que mientras caminas hacie el puente te llenarás de miedo. Caminarás sobre el puente, al llegar a la lámpara pública, ésta se apagará y tu miedo será una corriente helada que cruce tus músculos.

Sabes que ella caminará detrás de ti. Sentirás sus pasos, su andar tras de ti. El roce de su ropa, de sus vestidos en el piso ¿o serán sus cabellos? Tendrás el terror de que llegue a tu nariz el horripilante olor de ese ente. Si aún no hs llegado al extremo de la calle, ella tomará tu camisa y con mucha fuerza se aferrará, quiere que estés con ella, que te quedes a vivir en el puente de la calle Mirador.

Lo mejor sería que construyeran otro puente.

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