marzo 17, 2010

Segunda opción

Desnúdate. Recuéstate en la cama abriendo brazos y piernas. Estírate, respira en profundidad. Levanta tu mano que más usas y pásala encima de tu frente, recorre rozando la nariz y labios, sigue al mentón y baja al cuello. Detente ahí, por sobre la garganta. Abre toda la palma de tu mano. Toma con autoridad el cuello. Presiona contando mentalmente: 1... 2... 3... 4... 5... hasta diez, si puedes. Entonces probáblemente te desmayes. Como lo sabes, estarás conciente de ello. Así puedes volar un rato, hasta que alguien venga a despertarte o tú mismo te pellizques tan fuerte que salga sangre (en tu mente).

 

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