noviembre 08, 2010

Otra vez aquí

Abrí los ojos sólo para encontrarme de nuevo con los suyos. Una mirada vidriosa, preocupada. Me duele provocar lágrimas, me da un dolor de estómago. Y ahí estaba ella, expresándome su malestar.

Me siento juzgado. Como señalado por andar provocando dolores con mis amarguras. Sin embargo, hoy no tengo ganas de pensar en los demás. Hoy trabajo con mi mirada, la que en el espejo me habla de mí, de lo que sucede dentro.

Vuelvo entonces a sus ojos y sus lágrimas. Me enojo y pierdo. Busco en el piso las respuestas a mis dudas. Luego al cielo, a la delicada Luna de esta noche fría en Cuernavaca. Me regreso al tiempo donde conocí la Libertad, y la siento acariciarme, me seduce, me envuelve con su aroma y su calor.

Ahora es sólo un recuerdo. Una sensasión ligera.

Entonces, estoy en la encrucijada. Otra vez.